viernes, 22 de octubre de 2010

La Tragedia del Riachuelo

En medio de la espesa bruma, el tranvía avanzaba a pesar de todo. Es que debía llevar al trabajo a sacrificados hombres, mujeres y hasta niños, en su mayoría inmigrantes, que venían de Provincia a Capital.
El frío y lluvioso 12 de julio de 1930 el tranvía de la línea 105 (interno 75) de la Compañía de Tranvías Eléctricos del Sur que venía de Temperley, cayó al Riachuelo desde el Puente Bosch.
Podría decirse que la tragedia comenzó a gestarse desde el momento que la empresa no habituaba inspeccionar el estado de las unidades y por la ausencia de control del Estado; pero ese fatídico día varios factores se conjugaron para la desgracia.
Esa madrugada, el puente estaba levantado con la señal de aviso encendida pero la neblina impedía ver con claridad las señales que avisaban que venía, tocando las sirenas, la chata petrolera Itaca II. El encargado del puente levadizo, Manuel José Rodríguez, español de 68 años, lo fue levantando para darle paso y encendió las luces para evitar que algun tranvía intentara cruzar en ese momento.
Juan Vescio, italiano de 31 años, era el motorman que no llegó a ver a tiempo las señales de peligro, tomó la última curva antes de cruzar el puente y fue ahí cuando se interpuso una falla técnica que Juan no pudo superar: fallaron los frenos. La manivela, desgastada, se trabó y dejó acelerado al tranvía que, al estar el puente levantado, cayó al Riachuelo.

El tranvía se precipita a las heladas aguas del Riachuelo

El resultado fue que murieron 56 personas, entre ellas un obrerito de 14 años. Sólo se salvaron cuatro pasajeros: Remigio Benadasi, José Hohe, Buenaventura Arlia y Gabina Carrera.
El encargado del puente contó que: "En ese momento me pareció escuchar el ruido de un tranvía y sentí un sudor frío. Me asomé por la ventana de mi garita y vi, entre la niebla, las luces de las ventanillas de un vehículo que acababa de entrar al puente. Medio desesperado, empecé a gritar para que el motorman me escuchara, pero fue inútil. Era el tranvía 105, que venía muy ligero. El conductor no podía escucharme; tampoco tenía tiempo ya de frenar. Pasó debajo mío como una tromba y lo ví caer al vacío en forma espectacular, hasta que se hundió completamente en el río; en ese momento se apagaron los chirridos de las ruedas y se sintió el ruido del impacto con el agua. Después todo fue silencio aterrador. Bajé de la garita y me encontré con otras personas que también habían presenciado la escena y empezamos a pensar cómo diablos podríamos sacar a esa gente de allí dentro".
Las tareas de rescate estuvieron a cargo de personal policial y de buzos del Ministerio de Obras Públicas, hasta el intendente de Avellaneda Alberto Barceló se acercó al puente en el momento en que sacaban los cuerpos.

Una cuadrilla rescata al infortunado tranvía

Los restos de las víctimas del tranvía obrero fueron acompañados hasta el cementerio de Avellaneda por una consternada multitud. 
Más tarde, se extrajo el desvencijado tranvía, se cambiaron los motores eléctricos, se lo reacondicionó, se le cambió su antiguo número por el de 575 y volvió a las calles funcionando hasta principios de los años '40.

14 comentarios:

martinealison dijo...

C'est toujours abominable de telles tragédies... Chaque jour nous empruntons des moyens de transport qui mettent nos vie en danger... A commencer par l'automobile qui est un véritable cercueil sur roulettes...
Bisous ma chère Carolina... Une petite pensée pour tous et aussi pour les familles qui restent toujours très choquées après des drames...

Anónimo dijo...

Como sempre, um belo trabalho. Saudações, Carolina. Jacson Faller.

Caro Pé dijo...

Ups...no conocía esta historia Caro!
Tremenda...
Buen finde!

Patricia dijo...

qué historia más terrible, Carolina! una pena, tantas vidas perdidas...
te dejo un fuerte abrazo!

C@uros@ dijo...

passando para uma breve visita, adorei seu blog, espero poder voltar mais vezes. Paz e harmonia em seus dias.

forte abraço

C@urosa

Costea dijo...

Lástima que una tragedia que sucedió :(.

LaCuarent dijo...

No´conocía nada de esto es terrible, tu como siempre dandome clases de historia
Un besote guapa

luther blues dijo...

Una tragica historia inevitable por donde se la mire blondie .
Hoy el puente Bosch es imposible pasar caminando a cualquier hora y menos de noche .
Un abrazo y buen domingo amiga

Daniel dijo...

Historia triste, más si uno piensa que algunas de las víctimas vinieron de otro país a morir en un accidente.

Pero así es la vida, hoy te acostás vivo y mañana te levantás muerto!

Besos

Ira Buscacio dijo...

Carolina, querida,

Gosto muito de vir em seu espaço ler e aprender.

Uma boa semana, beijos

Carmen dijo...

Una triste historia, ¡pobre gente!

Un abrazo!

Nueva Luna dijo...

Mi abuelo materno iba en ese tranvía. Se llamaba Santiago Torres, trabajaba en el Hospicio de las Mercedes, era auxiliar de enfermería. Había conocido a mi abuela y muy apurado estaba por casarse ella no quiso y se distanciaron por un tiempo, al volver a encontrarse se casaron de inmediato y tuvieron una hija, mi madre, que tenía solo unos meses cuando mi abuelo murió. Tenía alrededor de 32 años. Gracias por esta entrada. No tenía todos los datos. En casa hubo diarios de la época que se perdieron.

Unknown dijo...

Juan vescio! Es el hermano de mi abuelo ..Alfredo vescio es mi abuelo! Todavía está vivo el y me est contando esta historia!

Unknown dijo...

Juan vescio! Es el hermano de mi abuelo ..Alfredo vescio es mi abuelo! Todavía está vivo el y me est contando esta historia!